El agua residual municipal primero se conduce al tanque de pretratamiento, donde se le aplica una limpieza mecánica. A continuación, el agua residual pretratada se conduce al tanque de activación. En la primera fase, fase de nitrificación, se añade oxígeno en forma de aire comprimido para promover el crecimiento de bacterias que consumen oxígeno y se forma lo que se conoce como lodo activado. En la segunda fase, fase de desnitrificación, se suprime el aporte de oxígeno. Esto hace que las bacterias que habían proliferado considerablemente en la fase anterior sufran una deficiencia de oxígeno y tengan que nutrirse de otros compuestos de oxígeno.